Y aquí estamos de nuevo. El reto nº 15.
Con alguien comentaba hace unos días que desde el reto nº 10, debería haber cambiado lo de "torpes", por algo de más nivel. Cada día nos superamos... para mejor.
Hoy, no va a ser menos. Subiremos un peldaño más y en una sola receta, haremos dos.
Llega el verano, y el que más y el que menos recibe esa petición tan temida... ¿haremos una barbacoa?... o sea, hacer carne, pescado, verduras o cualquier otra cosa sobre una rejilla bajo la cual hay carbón encendido.
Unos, la temen; otros, la aman. Es una forma de demostrar vuestras dotes culinarias si no es habitual en vosotros, o simplemente una forma de comer distinta. Llama a salir al jardín, a la terraza; e incluso llama a generar ese sentimiento tan maravilloso... que es la envidia, en el vecino. ;)
Vamos primero con la salsa Barbacoa.
Como ocurre con la paella en España, en USA cada familia tiene su receta de salsa barbacoa; y claro está cada cual tiene su propio secreto.
Os he puesto por ahí, la receta original que se publicó en la sección de Cocina del New York Times, en 1.939 por si queréis ser fieles... pero, yo voy a hacer la mía y desde hoy, también vuestra.
Ingredientes
Ajo en polvo
CebollaTomate frito
Agua
Salsa Perrins o Worcestershire
Ketchup
Miel
Mostaza
Aceite
Vinagre
Tabasco, opcional
Creo que fue María, una amiga de Facebook, que me recomendó añadirle sal ahumada. Gran idea, pero en este caso con el humo de la barbacoa, conseguiremos aun mejor efecto. Si las hacéis al horno, ponerle sal ahumada, tendrá un toque fantástico.
Salteamos en una cazuela, la cebolla troceada muy fina con un hilo de aceite. Vamos añadiendo los ingredientes a fuego suave y removiendo.
Las proporciones, basandome en dos tipos de taza, la de café y la de café largo, podéis verlas en la foto; aunque claro está, os recomiendo ir añadiendo de menos a más e ir probando el punto.
Como os decía, cocinamos unos minutos, 5, 8, no muchos más. Le damos una pasadita con la batidora, para eliminar los trozos de cebolla.
¿Que tal de sabor?... Ojo, que una vez cocinada, sube de sabor.
Bueno, gran esfuerzo ¿verdad?.
En un contenedor, ponemos las costillas que vamos a cocinar y les añadimos la Salsa Barbacoa. Dejamos macerando. Yo en este caso, solo las dejé un par de horas.
Mientras la carne macera, abrimos una botella de vino, nos servimos una copa (nos lo merecemos) y comenzamos a preparar el fuego.
Unos sarmientos de parra o de vid. Prendemos fuego, y en cuanto enciendan añadimos el carbón vegetal. Que humee, para ahumar un poco las piezas de carne.
Sin escurrirlas demasiado, a la parrilla. Humo, no fuego. Nada, 5-10 minutos.
Esa copa ¿vacía?.
Venga, a avivar el fuego.
Cada 5-10 minutos, las pintamos con la Salsa barbacoa que quedó en el contenedor ¿recordais?, y les damos la vuelta.
Podemos trocear los costillares en piezas de a dos, para verificar que esta hecha la carne. Pintamos los laterales y bajamos la parrilla para que la salsa se tueste.
Cuando veamos que estan a nuestro gusto, a emplatar.
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