Esta receta es para un sábado de cocina.
Un desayuno potente. Encender el horno y dejar que se vaya haciendo.
Y como siempre, fácil... no, lo siguiente.
¡Vamos, mis queridos "torpes"!
Cortamos los tomates por la mitad y los colocamos sobre una rejilla de horno.
Espolvoreamos un poco de sal (muy poca) y albahaca.
Ponemos debajo de la rejilla una bandeja, por si al "encoger" los tomates llegan a escurrirse.
Horno a 100º.
No, no hemos terminado... Podemos dejarlo y seguir al día siguiente... o.... ¡del tirón!
En un bote hermético, ponemos los tomates secos, unas hojas de laurel, ajos, tomillo, romero... al gusto.
Los cubrimos de aceite de oliva.
Podemos utilizar los tomates en ensaladas o como acompañamiento de carnes y pescados o donde os apetezca.
El aceite, en ensaladas. Y podemos rellenar cuando baje el nivel.
Mola ¿que no?.
Un desayuno potente. Encender el horno y dejar que se vaya haciendo.
Y como siempre, fácil... no, lo siguiente.
¡Vamos, mis queridos "torpes"!
Cortamos los tomates por la mitad y los colocamos sobre una rejilla de horno.
Espolvoreamos un poco de sal (muy poca) y albahaca.
Ponemos debajo de la rejilla una bandeja, por si al "encoger" los tomates llegan a escurrirse.
Horno a 100º.
No, no hemos terminado... Podemos dejarlo y seguir al día siguiente... o.... ¡del tirón!
En un bote hermético, ponemos los tomates secos, unas hojas de laurel, ajos, tomillo, romero... al gusto.
Los cubrimos de aceite de oliva.
Podemos utilizar los tomates en ensaladas o como acompañamiento de carnes y pescados o donde os apetezca.
El aceite, en ensaladas. Y podemos rellenar cuando baje el nivel.
Mola ¿que no?.
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