Vicen, es amiga mía desde hace casi 25 años. No hace mucho, fuimos a su casa a celebrar su cumpleaños.
Le gusta mucho la cocina, y cocina muy bien.
Hice una tarta, la de arroz con leche y naranja.
Cuando llegamos, Vicen tenía un gran despliegue y claro... había preparado también varios postres. Pero había uno, especial.
Una cazuela tremenda... pase el cuchillo por el borde del contenido y con no poco esfuerzo, le di la vuelta en una gran fuente.
Con lo orgulloso que estaba yo, con mi tarta. Se había quedado como un petit fours, al lado de la de Vicen. Y si no, juzgar vosotros mismos.
Unos piñones por encima... y causo sensación.
El día que subí la foto de la tarta de queso de "Vicen" a Facebook, impactó, y se que muchas personas la han repetido, con resultados magníficos.
Pues esa es la tarta que hoy os traigo.
Pues esa es la tarta que hoy os traigo.
Fácil, rápida... y deliciosa. Alguna variación, y con muchas posibilidades. Individuales, tamaños, formas, etc.
¿Vamos con los ingredientes?
Ingredientes:
1 Tarrina de queso Filadelfia
½ litro de nata 35 % M.G.
4 cucharadas soperas de azúcar
200 ml de leche
1 sobre de cuajada
Caramelo (para los moldes)
Galletas de canela
Para hacer el caramelo quemado, yo me he valido de unos moldes de Pyrex y el microondas.
Unas cucharadas de azúcar en el molde. Unas gotas de agua.
Microondas 30 segundos. Otra vez, 30 segundos. Irá cambiando de color. Tandas de 30 segundos, hasta que veamos el color apetecible. Lo esparcimos todo lo posible por el fondo del molde.
Yo utilicé dos. Uno pequeño y otro más grande.
Con la batidora mezclamos el queso, la nata, el azúcar, la leche y el sobre de cuajada.
Ponemos la cazuela al fuego y calentamos sin dejar de dar vueltas pero sin que llegue a hervir.
Podéis hacer la prueba del "bibe". Poner una gota de la mezcla en el dorso de la muñeca. Si quema... terminado.
Una vez que esté bien caliente, vertemos el contenido en los moldes o fuentes que hemos preparado con caramelo.
A continuación cubrimos toda la superficie con las galletas y la dejamos enfriar.
Yo las puse enteras, pero creo que es mucho mejor trocearlas y distribuirlas.
Al desmoldar, el resultado es mejor.
Debe estar en la nevera por lo menos cuatro horas.
Si la hacemos el día anterior y la dejamos toda la noche en la nevera, mucho mejor.
Cuando vayamos a servirla la desmoldamos, pasando un cuchillo por el borde, y le damos la vuelta sobre una fuente. Así, las galletas quedaran como base.
El molde más pequeño, con almendras laminadas.
El molde grande. Pasé por la picadora un puñado de galletas y las dejé caer alrededor.
Podemos adornar con frutas (plátano, Kiwi, melocotón en rodajas muy finas), frutos secos (piñones, nueces o laminas de almendra) o simplemente tomarla si ningún añadido.
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